Es una de las razas más antigua que existe. Sus antepasados, con seguridad, fueron llevados a Hungría por los Magyares, comenzando la travesía en la Edad Alta Media (830-1000) hasta la cuenca de Los Cárpatos.
Los magyares fueron un pueblo organizado en un Principado, con características nómadas, proveniente de las planicies euroasiáticas, hasta su emigración hacia Europa central a finales del siglo IX, cuando se establecieron en la actual Hungría. El principado se hallaba compuesto por varias tribus de misma lengua y bajo el comando de dos Príncipes, era por esto, que precisamente recibía el nombre de Principado doble húngaro. Uno de los Príncipes llevaba el título de "Kende", éste era el líder religioso de los húngaros y su símbolo era el sol; el otro Príncipe portaba el título de "Gyula", y era el líder militar de los húngaros, bajo el símbolo de la luna.
Ante una guerra civil cerca del año 830, las tribus húngaras se desplazaron hacia el occidente, con dirección a Europa oriental y arribaron a la región conocida como la Tierra entre dos ríos (en húngaro: Etelköz). Su permanencia en esta región no sería muy prolongada, puesto que ataques de los pechenegos en el 854 los forzarían a seguir avanzando hacia el occidente. Para la época del viaje a través del Etel köz, se estima que el kende fuese el Príncipe Levedi y el gyula fuese el Príncipe Álmos.
El Principado estaría compuesto originalmente por siete tribus húngaras y en un momento de su historia previa a la llegada al territorio actual húngaro, sus líderes Álmos, Előd, Kond, Tas, Huba, Töhötön y Ond harían un pacto de sangre, reconociendo a todas como iguales (como una sola tribu) y a la vez totalmente supeditadas a un líder único, Álmos y su nación. Se estima que para esta época, el poder real del Principado yacía en la figura del gyula, Así, Álmos, y posteriormente su hijo Árpád serían aquellos que conducirían al pueblo húngaro hasta la cuenca de los Cárpatos, donde desde entonces, esta raza cuidó los corderos en Puszta, la Gran Planicie del este del país, dedicada al pastoreo.
A pesar de su antigüedad, su difusión recién se inició en 1920, cuando la raza comenzó a ser presentada en exposiciones caninas y se comenzó a expandir por el resto del mundo.
La Segunda Guerra Mundial diezmó la casta en Europa, pero con los esfuerzos concertados de criadores, el Komondor fue salvado, aunque igualmente sigue siendo una raza infrecuente. Actualmente las tentativas de volver a utilizar la casta como guarda de territorios, ganados y viviendas esta atrayendo la atención de una nueva generación de pastores e interesados en conservar uno de estos perros que los Magyares han valorado tanto que hasta han evitado cruzar con otras razas, logrando mantener una raza de las mas puras que se conocen.
En su tierra natal vive durante meses a la intemperie cuidando de sus rebaños y bajo toda clase de climas. En el resto del mundo el Komondor es primordialmente un perro de guarda, de familia y vigilante de rebaños, y para quienes participan de las exhibiciones es un perro que en shows siempre se llevara todas las miradas.
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